En España, para que un producto se pueda vender como “ecológico” debe pasar por un proceso de control y certificación oficial. Todos los productos procedentes de agricultura ecológica, como el AOVE ecológico, deben presentar una etiqueta autorizada por la Unión Europea, que garantice que su producción se ha llevado a cabo respetando el ciclo natural del olivar sin añadidos químicos.
Algunos de los requisitos que establece el Reglamento 2018/848 del Parlamento Europeo y del Consejo para entregar la certificación son los siguientes:
– Debe producirse de forma ecológica, es decir, empleando prácticas y sustancias naturales que respeten el medio ambiente, la biodiversidad y la conservación de los recursos naturales.
– La protección de los suelos debe realizarse a través de cubiertas vegetales, sin emplear productos químicos, que eviten la erosión y contribuyan a la fertilización del cultivo.
– El control de plagas y enfermedades debe realizarse de manera natural o en su defecto utilizar productos fitosanitarios autorizados por la legislación.
– Deben realizarse inspecciones in situ de forma periódica.